Me gustas cuando callas porque estas como ausente.
domingo, 26 de abril de 2015
La lluvia llegó, nos inundo y cuando me estaba ahogando, ahí fue cuando finalmente pude respirar. Y en la mañana, no quedó algún rastro de ti. Creo que finalmente estoy limpia.
Yo te entregué mi sangre, mis sonidos, mis manos, mi cabeza, y lo que es más, mi soledad, la gran señora, como un día de mayo dulcísimo de otoño, y lo que es más aún, todo mi olvido para que lo deshagas y dures en la noche, en la
tormenta, en la desgracia, y más aún, te di mi muerte, veré subir tu rostro entre el oleaje de las
sombras, y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo como
un fuego, y me destruyes, me construyes, eres oscura como
la luz.