Me sentia como en el video de The story of us.
No lo vi inmediatamente. Llegue a la enorme
biblioteca y me enfoque en encontrar un asiento disponible. Con mi libro frente
a mi me enfrasque en el texto que mostraba. Un rebelde mechón de cabello se
salió de su lugar y ocluyo mi visión, levante la cabeza y lo reacomode. Fue
entonces cuando mi mirada lo encontró. Ahí, tranquilo, leyendo un libro
bastante voluminoso, se veía tan sereno. Los recuerdos se agazaparon en mi
mente, todo lo que pasamos, todo lo que pudimos llegar a ser. Todo se quedo en
nada. Sacudí la cabeza y regrese a mi lectura, ahora me sentía incomoda, sentía
que él me observaba pero al mirar de reojo me daba cuenta que él seguía muy
concentrado en su gordo libro.
Me quitaba los lentes y me los volvía a poner,
me estiraba el suéter intentando parecer ocupada. Las palabras de mi libro eran
vistas por mis ojos pero no estaban siendo procesadas por mi cerebro. Nunca en
toda mi vida había deseado con tanto anhelo entrar en la cabeza de alguien. Los
recuerdos seguían en mi mente; esa ocasión cuando lo volví a ver después de
distanciarnos, él estaba con esa chica y reía de la misma forma en que lo hacía
conmigo.
Salí de mi trance y lo volví a
mirar de nuevo, ahora el también me observaba. ¿Por cuánto tiempo lo habría
estado haciendo? Nuestras miradas se encontraron, incomodas, silenciosas.
Sonreí brevemente e hice una señal con la mano para saludar. El correspondió con
un movimiento de cabeza y una mueca que intentaba ser una sonrisa sin lograrlo.
Inmediatamente desvíe la vista, trate de enfocarme en mi texto nuevamente, pero
no dejaba de preguntarme si esta situación lo estaba torturando de la misma forma
que a mí. Tantas palabras pasaban por mi cabeza. Era imposible seguir
estudiando con él ahí. Me puse de pie y salí del lugar.
Tome asiento en uno de los
escalones que estaban fuera. Inmediatamente lo vi salir, caminaba en dirección a
mí. Los nerviosa comenzaron a apoderarse de mí y podía notar que de él también.
Se detuvo a unos metros de mí. Nos miramos fijamente alrededor de un
minuto. Me levante y di dos pasos hacia
él. Entonces recordé que yo ya no sentía nada por él. Me encogí de hombros y di
media vuelta, alejándome del lugar con una enorme sonrisa en los labios.
Sharon Eliana
Basado en The story of us de Taylor Swift. Resultado de una clase de Salud publica muy aburrida.