Quiero leerte. Entenderte. Abrirte y luego destruirte. Pulverizar. Me gusta. Entrar en un elevador y quedarme ahí, no pensar sólo estar. Quiero quererme.
Y lo quiero. Cuando me besa. Me besa y lo siento mío. Se va y él regresa. Hay una forma de saber. Me confunde. No quiere hablar y nunca lo sabremos. Quiero no asumir las cosas.
Me espera cuando él me suelta. Me intriga, me fascina. Ya no puedo separarlos. Se han convertido en uno mismo. Eso quisiera.
Siempre me miran. Quisiera estar ahí y ver cómo es que es. Diferente. Siempre lo mismo pero nunca especifican. Olvidaste. Ya me da igual; aprendí a vivir sin respuestas aún sabiendo que podía obtenerlas. El futuro es verde. Porque yo quiero complacerte, asegurarme. Quiero ser amada y poder expresarme sin miedos. Nunca estaría a la altura, incluso si lo estuviera. No podría.
Busco amor. Oprime. Busco felicidad. Ella me ama. Nunca sabré si ella me quiere. Ni recuerda mi existencia.
Es que soy feliz. Tengo lo que soñé. Sueño con un botón de pausa. Para un medio tiempo. Pero esta mal. Dios—quien me acompañó desde que nació—me dice que no. Ella lo ama. Ella no lo va a aceptar jamás. Él lo sabe. Sabe que está en mi vida sin estarlo. Él se asusta. No cree en mi, está bien, yo tampoco me creo.
Búscame, quiereme. Dejame, la destrucción es una opción. Fuimos por segundos.