Páginas

Me gustas cuando callas porque estas como ausente.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Bien


Todos critican a las chicas que se cortan, la gente vive diciendo que los que se suicidan son cobardes. Pero ella en secreto, los admira. Los admira, porque sabe que se necesita valor para llevar a cabo acciones como esa. Un valor que ella jamás tendrá. 

Se despierta temprano y se alista lo más rápido posible. Toma la libreta que dejo la noche anterior sobre su escritorio y la introduce en su mochila; le tomo mucho trabajo, pero logro terminar toda la tarea que el profesor de filosofía le había encargado.

Aún ni siquiera sale el sol pero ya se siente calor, decide usar un vestido de flores, porque le gustan las flores, pero solo cuando están plantadas y no arrancadas en ramos que morirán en unas semanas. Sus zapatillas azules y su pelo en una cebolla. Se siente inusualmente bien consigo misma. Se mira al espejo y una sonrisa aparece en su rostro.

El sol no muestra piedad. Todos transpiran y los que llevan pantalones, se arrepienten de la decisión que tomaron esa mañana. Ella esta sola en el mismo escalón de siempre comiendo sus galletas y su jugo. Esta ensimismada.
-¿Me regalas una?
Su mente no procesa, ¿alguien le esta hablando en ese lugar? Levanta la mirada y sonríe sin darse cuenta. Es Ricardo, el chico luce sudoroso y su cabello rubio brilla con el sol.
-Si no quieres no hay problema-dice sonriendo al ver que no obtiene respuesta.
Ella le ofrece la bolsa y el chico toma una galleta.
-Gracias
-De nada-atina a decir ella.
-¿Me puedo sentar?- Sin esperar respuesta, se sienta junto a ella y mordisquea la galleta.-¿Seguiste bien?-pregunta sin mirarla, pareciera como si hablara con la galleta en lugar de con ella.
-¿Como?
-Bueno, ayer casi mueres y yo soy una  persona que se preocupa...
-No morí-responde ella sonriendo-estoy bien-sonrió internamente pensando en la gran mentira que acababa de decir, ella hacía mucho que no estaba bien, pero había aprendido a no hablar de eso con la gente.
-Excelente, soy Ricardo por cierto.
-Yo soy Jennifer.-añade ella.
-Muy bien Jennifer, y ahora que ya comprobé que estas bien, me retiro a volver a jugar.
Lo observó alejarse trotando entre el acumulo de personas que había en la plaza central. Suspiro y sonrió. Después de todo, el chico más sexy de toda la preparatoria se había preocupado por ella.





domingo, 24 de noviembre de 2013



¿Por qué debe ser tan irrealizable?

Somos dos, somos uno, pero no nos arriesgamos a decirlo. Deambulamos por la vida codiciando que alguno nos redima, alguien con una existencia preferible, se apasione por nuestro fúnebre ser. 
Porque el uno y el otro, ambos con vidas demolidas, severos trastornos mentales, no nos atrevemos a reunirnos, no vaya ser que nos estanquemos. Nos necesitamos, pero no nos juntamos. Nos anhelamos pero no nos mezclamos. Tantos esperanzas, tantos planes no llevados a cabo. Tantas cosas que nos permitirían juntarnos y cero, nada se hace al respecto. 

Falta de interés, supongo.

Más sin embargo, algo me asegura que en un futuro, en una utopía, conseguimos hacerlo. Al vernos nos abrazamos y entre llantos de alegría nos susurramos: “Sabia que me esperarías”.

SharonEliana

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Para alguien que aún no conozco.

He decidido escribirte porque veo que no llegas, ni siquiera estoy segura de que algún día lo harás y mucho menos de si te mostrare estas patéticas palabras escritas en tu nombre que aún no conozco. 

Hay un amor para todos; eso dicen, incluso yo me lo repito bastante. Pero llegada a este punto, me pregunto si yo dejare que alguien me quiera, porque tengo bien presente que aquí el principal problema soy yo, yo soy la que no permite que nadie la quiere, la que ahuyenta a todos y aunque me gusta pensar que es porque espero al indicado, a veces creo que simplemente es comodidad, sensación de que estoy mejor sola, de que ya no quiero sufrir y que estoy mejor sin ti. 

Pero te quiero y debo aceptar que  a veces te necesito.

SharonEliana


domingo, 10 de noviembre de 2013

Míos

Eran los ojos más hermosos en los que hubiera tenido el placer de perderme nunca. Me escudriñaron, no ignoraron la existencia de este ser tan invisible. Nos contemplamos mutuamente, me sumergí en el mar de su mirada y sentí una paz que no había sentido jamás.                                                                                                Tuve el deleite de ser algo más que un ente que pasa desapercibido para el mundo. Si esos ojos me miraron, entonces no soy transparente en este mundo. Añoro esa alucinación de existir, si no están ellos mirándome, soy quimera, no me hallo, no me veo, no aparezco. Podría pasar el resto de mi vida extraviada en él. Porque aunque sean dos, es solo uno, uno para quien vivo, para quien escribo y para quien existo. Lo ambiciono junto a mí, a él, al real, no a este espectro que está a mi lado pretendiendo remedarlo. No quiero copias, los codicio perdidos en mi imperfección, solo en mí y en nadie más. Por toda la perpetuidad. ¿Logras pensar en algo mejor? “Evaporarse”

Sharon Eliana