Desde niña he sentido que hay alguien detrás de mi. En fechas recientes esa presencia se ha intensificado. Es como si algo me acechara. Y me da miedo, mucho miedo.
Han pasado tantas cosas recientemente que ni siquiera se por
donde comenzar. Sigo teniendo esta especie de resistencia respecto al tomar el
medicamento. Me refiero a que por un lado, estudio medicina, planeo
especializarme en psiquiatría, he leído cientos de artículos acerca de los
beneficios de tomarlo, he leído testimonios, he experimentado en carne propia
la mejoría de hacerlo. Pero por otro lado, siento como si me robara algo, como
si cuando lo tomo,ya no fuera yo. Luego me olvido de eso y recuerdo que no me agrado mucho y
que tal vez lo mejor seria deshacerme de mi yo de siempre y reemplazarla con
una versión mejor.
Ademas esta esa estúpida estúpida sensación de vacío
existencial, hace unos meses, empezaron a rondar por mi cabeza esas frases que
quiero suponer que todos se hacen alguna vez en la vida. ¿Cuál es el sentido de
la vida?
No encuentro una respuesta que me deje satisfecha.
A veces cuando estoy deprimida, siento que no hay nada por
que vivir, siento que cualquier cosa por mas grande que sea, no va a importar
porque de todos modos estaré muerta en menos de 50 años y luego vuelven a mi
mente esas ideas suicidas que provocaron mi internamiento anterior, y las alejo
porque se que no, y la pregunta se queda flotando en mi cabeza.
Después cuando estoy mas eufórica, pienso en que yo misma podría
darle sentido a mi vida, podría ponerme mis propias metas, vivir para alcanzarlas,
tratar de ser feliz.
Pero todo se derrumba cuando mi falta de motivación no me
permite hacer nada y caígo en mis malditas depresiones, es un ciclo vicioso.
Odio que me digan eso de: Sharon tu puedes, eres
inteligente.
Odio las frases motivacionales, odio las frases de
esperanza, las frases de fé me enferman, quiero vomitar cada vez que alguien me
dice algo positivo sobre mi futuro. Estoy harta de tantas cosas.
Ya ni siquiera estoy segura de lo que estudio, el solo
pensar en que tengo que estudiar me provoca ganas de llorar. No quiero recordar
el internado del próximo año, no quiero ni pensar en la mediocre doctora que
probablemente voy a ser. No quiero pensar en que decepcione a la persona que
hace unos años tenia tantas ilusiones. No quiero pensar en que todo lo que hago
es para sabotearme a mi misma.
Y ya, supongo que es todo lo que necesitaba sacar de mi
sistema.