Deberíamos enamorarnos con los ojos vendados. Enamorarnos de una mente, de un alma y no de un cuerpo. La belleza es efímera, las palabras se quedan. Los sueños se comparten y la vida gira.
Conocernos sin miedo, preguntarnos con curiosidad para poder entrar en la vida del otro. No tener miedo del rechazo, de lo que podría pasar. Pero es difícil. Muy difícil.
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