No sólo escribírtela, también hagamos locuras.
Rayemos algunas hojas de la historia.
Sin saber porqué. Sin saber qué significan aquellos rayones.
Rayemos nuestras vidas, uno con el otro.
Con pinturas o plumas. Con carboncillos o acuarelas.
Y pongamos también unos cuantos rayones en la vida de los demás.
Que se pregunten porqué. Porqué esto y porqué aquello.
¿Te puedo rayar la vida?
Alborotos totales.
Yo te entrego todas mis hojas.
Hacer con ellas lo que quieras.
Entonces, ¿te puedo rayar la vida?
-Andrés Montes
No hay comentarios:
Publicar un comentario